<body><script type="text/javascript"> function setAttributeOnload(object, attribute, val) { if(window.addEventListener) { window.addEventListener('load', function(){ object[attribute] = val; }, false); } else { window.attachEvent('onload', function(){ object[attribute] = val; }); } } </script> <div id="navbar-iframe-container"></div> <script type="text/javascript" src="https://apis.google.com/js/platform.js"></script> <script type="text/javascript"> gapi.load("gapi.iframes:gapi.iframes.style.bubble", function() { if (gapi.iframes && gapi.iframes.getContext) { gapi.iframes.getContext().openChild({ url: 'https://www.blogger.com/navbar.g?targetBlogID\x3d36639360\x26blogName\x3dPrincipito+desencantado\x26publishMode\x3dPUBLISH_MODE_BLOGSPOT\x26navbarType\x3dBLUE\x26layoutType\x3dCLASSIC\x26searchRoot\x3dhttps://principitodesencantado.blogspot.com/search\x26blogLocale\x3des\x26v\x3d2\x26homepageUrl\x3dhttp://principitodesencantado.blogspot.com/\x26vt\x3d6790624664050696456', where: document.getElementById("navbar-iframe-container"), id: "navbar-iframe" }); } }); </script>

Principito desencantado

Historias de un principito sin reino y sin princesa

05/07/06 Entre amor y odio

Después de leer una de las entradas de Jessica y reflexionar acerca de lo poco separados que se encuentran amor y odio en un mismo corazón he decidido retomar una categoría que tenía olvidada desde hace bastante tiempo con una poesía que define bastante bien esa estrecha relación que une ambos sentimientos. Aquí os la dejo.


No te conduelas más, por todo lo que has hecho.
La rosa tiene espinas. Fango las claras fuentes.
Nubes y eclipses ciegan a la Luna y al Sol
y en el botón más tierno mora un puerco gusano.

Todos los hombres yerran y yo también lo hago,
excusando tu ofensa con cien comparaciones,
dañándome a mí mismo, para salvar tu error,
disculpando tus faltas, mas de lo que mereces.

A tu sensual error, le doy mi beneplácito,
-y tu mismo rival se torna en tu abogado-
y actuó contra mí, por defender mi causa.
Tal batalla civil hay entre amor y odio,
que necesariamente, me implica, siendo cómplice,
de aquel dulce ladrón, que agriamente me roba.


William Shakespeare
| siguiente »
| siguiente »
| siguiente »
| siguiente »
| siguiente »
| siguiente »
| siguiente »
| siguiente »
| siguiente »

» Publicar un comentario