El pasado martes salí un poquito de marcha (fiesta local). La noche transcurría aburrida hasta que me encontré con
R. No fue ninguna sorpresa. Ya el día anterior me había mandado un
sms ping tanteando el terreno para ver que iba a hacer al día siguiente. Para colmo de casualidades mis amigos decidieron ir a un bar al que nunca vamos y al que ella no falla. Pues ya está, me la encontré de frente.
Nos saludamos y ya me echó esa sonrisa cautivadora que tiene. Iba con la melena suelta y, de nuevo, con un vestidito espectacular, de esos de escote pronunciado. En cuanto pudo regatear a sus amigas se puso a hablar conmigo y ya no me dejó en un buen rato. Además me puso bastante nervioso porque me miraba como si me estuviera comiendo de arriba a abajo y cada vez se iba acercando un poquito más hasta que detrás mío solo estaba la pared. Después de dar algún rodeo fue directa, me dijo que si buscaba novia o solo rollitos de una noche. Díficil pregunta cuando estás entre un escote vertiginoso y la pared. La contesté que ni una cosa ni la otra pero que cuando tenía novia estaba muy a gusto con ella. No me mojé mucho pero parece que la respuesta fue de su agrado. Después de eso vinieron sus amigas y me escapé un rato con mis amigos. Entre ellos estaba
M y su
amigonoviorollopolvo y todos con la boca abierta.
Durante la noche ya no volvimos a vernos hasta el último de los bares donde ya me insistió en quedar esta misma tarde y
conocernos. Mi sensación es buena pero somos muy diferentes. Además me mintió sobre su edad, el primer día me dijo que tenía treinta y ya anteayer me dijo que eran treinta y uno para treinta y dos. Creo que tiene prisas y quiere encontrar lo más parecido a un novio serio para empezar una vida juntos.
Luego os cuento.
Etiquetas: historias, situaciones