Voy a trabajar y allí veo a M, tan guapa y tan sonriente como siempre. Me pregunta que si me voy a quedar este finde por aquí y la digo que sí. Ella sonríe y me dice que entonces ella también se queda, pero que tendré que aguantarla. Encantado.
Al salir, dos mensajes en mi móvil. Uno de
amarillo, pasado, y otro de M, futuro. M dice que cuando llegué a casa que la llame que hablamos,
amarillo dice que no sea tan raspa con ella y que la va todo algo mejor, no me interesa la verdad.
Mientras caminaba a casa me quede pensando en el mensaje de mi ex. Me rayé un poco. La escribí uno para decirla que qué parte de la frase
ni me llames ni me escribas no entiende. Al final no lo mandé, no lo merece. Borré el suyo y ya está, asunto terminado. Ya se cansará.
Llegué a casa y llame a M. En cuanto descolgó el teléfono ya se estaba riendo. Me explicó lo del viernes pasado aunque ni hacía falta ni tenía por qué hacerlo. Después me estuvo vacilando un poco y planeamos el finde. Sabe que me gusta con seguridad y esa es una ventaja que explota al máximo. Me dijo que el viernes no saliera mucho que el sábado por la mañana tenía que cuidarla. Encantado pensé de nuevo. También que buscara algo interesante qué hacer. Nos despedimos mandándonos un beso. Espero que el próximo sea real.
Hoy, durante el poco tiempo que la vi la comenté ése algo interesante que podíamos hacer y parece que la gustó porque se la iluminó la cara y me dedicó su sonrisa, otra vez. Después de un rato, al salir, se cruzó conmigo de nuevo y me dijo en voz baja sin que nadie se enterara: voy a ir a comprar las entradas. Qué bien!!!