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Principito desencantado

Historias de un principito sin reino y sin princesa

16/12/05 Su corazón llora sin cesar

Él volvió a llegar tarde, una vez más. Cuando ella llamo su móvil ya estaba apagado. No hubo mas llamadas. A la mañana siguiente él, como todos los días, esperaba una llamada que le ofreciese un buen tazón de leche pero el móvil ya no sonó. Ya eran las diez de la mañana y había acabado su día. Hasta la noche le quedaban un montón de horas sin nada que hacer. Tenia miedo a esa situación, sabia que debía estar ocupado porque cada segundo que pasaba su sonrisa le venia a su mente y se hacía daño. La recordaba sin parar y su corazón lloraba.

Cuando llegó la noche, él la vió, pero no estaba sola, estaba con su ángel. Ahí debía estar yo pensó. Se lamentaba. Su corazón ya no lloraba, solo tenía odio y rabia. Le hubiera gustado irse a casa pero no, sabía que tenía que seguir adelante, que tenía que olvidarla. De repente una chica se cruzó en su camino. Se cayeron bien. Después de hablar un buen rato sus labios decidieron encontrarse. Después de ella, era la primera chica que besaba en más de catorce meses. No se encontró a gusto, eran dos piezas que no encajaban. De nuevo se lamentaba porque su pieza decidió irse y no volver jamás.

Hoy ella se enteró, sabía que esos labios que habían sido suyos siempre ahora los había besado otra persona. Ella se lo dijo entre lagrimas. Él no entiende porque se enfada. Ella había hecho lo mismo días atrás y él en cambio la perdono. Sabía que su amor era mucho más fuerte que su dolor y que ella merecía la pena. Él intentó hacerla ver que su corazón la pertenecía pero ella ya no le escuchaba. Ella ya no quería. Ahora sus corazones lloran sin cesar.
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