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Principito desencantado

Historias de un principito sin reino y sin princesa

31/12/05 Uno de los días más tristes de mi vida. Me muero.

Lo siento pero estoy cansado de hablar en tercera persona. Está vez hablaré de mí.

Acabo de llegar a casa y me muero, lloro, lloro sin consuelo porque sé que ya nada tiene solución. Tanto ella como yo hemos intentado salvar lo poco que quedaba, intentar iniciar algo nuevo de todo aquello que hubo pero una vez más he llegado demasiado tarde y el dolor se ha hecho insoportable. Lo siento "amarillo", nunca querré a nadie tanto como a ti, puedes estar segura de ello. Llevo temblando desde esta tarde cuando yo, lleno de ilusión creí tenerla en mis brazos ya para siempre pero ella me dio la noticia, aquella que nunca espere oír y me ha vencido. Me he desmoronado, lloro sin parar, la perdí para siempre, sé que era mi ángel, sé que no habrá nadie que me abrace como ella, que me bese como ella, que me quiera como ella pero lamentablemente ya no se puede, no definitivamente. Me estoy haciendo muchísimo daño y esto no puede continuar así, no vivo, no soy persona, no duermo, no como, no respiro... Ya no se puede, lo digo con mucho dolor pero también con todo el realismo del mundo. Soñé con despertarme a tu lado, con ver atardeceres contigo, con viajar a mil y un lugares, con ser tan solo el uno para el otro SIEMPRE pero ya solo queda el recuerdo y mis lágrimas, mis tristes lágrimas...

Como te dije en mi felicitación navideña: "siempre te tendré en mi corazón, SIEMPRE".
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