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Principito desencantado

Historias de un principito sin reino y sin princesa

14/01/06 Aquellas mañanas de sábado

Aquellas mañanas de sábado en las que tu mano rozaba la mía.
Aquellas mañanas de sábado en las que nos reíamos con libertad.
Aquellas mañanas de sábado en las que bailábamos con el murmullo del viento.
Aquellas mañanas de sábado en las que dibujábamos corazones en el aire.
Aquellas mañanas de sábado en las que nuestros cuerpos coincidían.
Aquellas mañanas de sábado en las que éramos solo el uno para el otro.
Aquellas mañanas de sábado en las que todo se detenía a nuestro alrededor.

Habrá muchas mañanas más de sábado, pero ninguna con ella.

Esta entrada fue escrita el viernes, octubre 27, 2006. Deja tu comentario.

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