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Principito desencantado

Historias de un principito sin reino y sin princesa

01/09/06
Carpe diem

No pretendas saber, pues no está
permitido,
el fin que a mí y a ti
nos tienen asignados los dioses,
ni consultes los números babilónicos.
Mejor será aceptar lo que venga,
ya sean muchos los inviernos que Júpiter
te conceda, o sea éste el último.
No seas loca, filtra tus vinos
y adapta al breve espacio de tu vida
una esperanza larga.
Mientras hablamos, huye el tiempo envidioso.
Vive el día de hoy. Captúralo.
No te fíes del incierto mañana.

Esta entrada fue escrita el lunes, octubre 30, 2006. Deja tu comentario.

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