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Principito desencantado

Historias de un principito sin reino y sin princesa

24/05/06 Dolor

Esa niña de rizos rubios y ojos azules aún sigue sufriendo por mí. Está triste y yo poco o nada puedo hacer. Nos animamos el uno al otro aunque a través de una pantalla de ordenador resulta bastante complicado. ¿Qué puedo hacer? De nuevo será el tiempo el único que cure las heridas, las mías ya gangrenadas y sobre todo las de ella, recién hechas.
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