30/05/06 Mi rubita preferida
El sábado volví a estar con mi rubita preferida. Ella estaba extraña, como distante, la entiendo perfectamente, no quiere hacerse daño. No nos besamos en toda la noche. Cuando la acompañé a casa me dijo que no estaba bien, yo tampoco. Se me volvieron a caer unas cuantas lágrimas y se nos volvió a hacer de día juntos. Seguimos sin hablar de nosotros aunque parece que los dos sabemos lo que tenemos que hacer.